23-02-2009, reflexión:

El año que viene, si nadie se lo impide, la crisis va a seguir siendo el pan de cada día (y para algunos, desgraciadamente... el único pan de cada día). Entonces yo me pregunto si, hacia finales de 2011, los partiditos comenzarán con sus precampañitas, su autobombito... y demás chorraditas electorales. El horno no estará para bollitos, así que espero que los que mandan -y los que lo pretenden- no se pongan a perder energía, tiempo, y dinero... en su propia publicidad. Pero lo harán, como siempre. Usarán presupuestos tremendos para financiar su propia imagen, en vez de invertirlos en algo útil. Y sí que es verdad que ese dinero lo sacan lícitamente de sus propios presupuestos de partido (o eso espero), y que no se trata de una cantidad con la que se pueda solucionar ninguna crisis... pero es el detalle. Además, ¿cuántos votantes creéis vosotros que pueden cambiar su decisión por lo que ven u oyen en las campañas electorales? ¿Un 5% como mucho? Casi todo el mundo tiene una idea bastante clara e inamovible de lo que va a votar en los siguientes comicios (basándose en su propia ideología y en lo sucedido en la anterior candidatura), no suele dejarse coaccionar por las dentaduras sonrientes que le acosan desde un cartel. Y la influencia que tienen estos pocos cambios de votos en la repartición final de escaños viene a ser, en consecuencia, entre poquísima y ninguna. Por eso yo personalmente valoraría muy positivamente la postura de un partido que pasara de hacer campaña electoral... para dedicar todo ese esfuerzo a hacer política de la buena, política de verdad. Creo que además se convertiría, paradójicamente, en una excelente publicidad.

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