27-11-2008, reflexión:
Me encanta poder hacer favores a los demás, de la misma forma que no dudo en pedirlos cuando los necesito. Pero cuando me hacen un favor no me siento en deuda con esa persona, a la vez que no exigo a nadie que me devuelva un favor que yo le haya hecho. Lo que pienso es que uno puede sentirse satisfecho si el mundo -en general- le hace tantos favores como él le hace al mundo, pero sin importar el balance específico con cada individuo, es decir, si cada uno de sus conocidos están en déficit o en superávit con él. De esta forma, se tiene una colaboración compensada a nivel global, totalmente equilibrada. Y no lo duden... una buena colaboración equitativa entre n personas, sólo puede significar beneficio, para esas n personas.
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