22-09-2008, reflexión:
A la hora de comprender, razonar, recordar... en general a la hora de hacer cualquier uso del pensamiento... encontraremos siempre en nuestra cabeza un inevitable componente dispuesto a hacernos un flaco favor: las ideas preconcebidas. Saber algo a medias, tener prejuicios erróneos, dar por hechas falsas suposiciones, serán siempre factores que nos impedirán ver con claridad y encontrar fácilmente una solución correcta. Ésa es la razón por la cual a menudo soluciona antes el que a priori menos posibilidades tenía. Tener conocimientos previos erróneos -o simplemente incompletos- puede guiar al pensamiento por caminos laberínticos que tarden siglos en llegar a su destino, o que incluso no lleguen nunca, atrapados y enterrados bajo capas y capas de enrevesados y subterráneos razonamientos; cuando en la gran mayoría de casos la solución está a la luz, en la superficie. Un ejemplo sencillo es el de las llaves perdidas: Siempre las encuentra el que no tiene ni idea de dónde pueden estar. Porque simplemente buscará en todos los sitios, sin priorizar ni descartar ninguno por probabilidades. En cambio el otro discriminará y no buscará en aquellos sitios en los que "sabe" que no pueden estar. Y por supuesto las llaves, como siempre... estarán en uno de esos sitios :)
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